Nota publicada en Pagina Siete del Ingeniero Jorge Velasco Tudela
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En los últimos años, el desarrollo económico-social de los países asiáticos ha tenido como pilar fundamental a las universidades como fuente de investigaciones para hacer realidad innovaciones importantes a nivel empresarial y social en dichos países.
Estos países destinaron presupuestos significativos para promover la innovación (28% de la inversión mundial en I+D+i) a través de un ecosistema conformado por Gobierno, empresa y universidad. En este modelo, denominado la Triple Hélice, el Gobierno brinda las condiciones para promover el desarrollo e innovación (I+D+i), y fomenta la creación de nuevas empresas a través de la cooperación estrecha entre universidad y empresa, con el propósito de desarrollar nuevos productos, nuevos procesos y estrategias que permitan fortalecer y generar nuevas tecnologías, la diversificación, nuevos conocimientos, el desarrollo y la investigación e innovación en el mercado. En este modelo, las universidades asumen un rol empresarial fomentando una cultura de emprendimiento e innovación en alumnos y docentes, promoviendo el trabajo en equipo para afrontar los retos socio-económicos del país, valorando y enfocando la investigación tecnológica hacia el desarrollo de nuevas empresas, publicando y patentando investigaciones e institucionalizando la creación de nuevos emprendimientos.
En contraste, sólo el 2% de la inversión mundial en I+D+i tiene lugar en los países de América Latina. De esta cifra invertida el 62% le corresponde a Brasil, 13% a México, 12% a Argentina, 4% a Chile y el 9% se reparte entre los otros países de la región. En Bolivia se destina sólo un 0,3% del PIB en investigación y desarrollo, y de esta cifra el 30% se lo hace en universidades y el 15% en empresas.
A su vez, las universidades públicas están solicitando un incremento del 15% en sus presupuestos, sin embargo el Gobierno ha rechazado dicho incremento argumentando que gran parte será destinado para el pago de sueldos y salarios tomando en cuenta que, según cifras del Ministerio de Economía y Finanzas, el 59% se destina a sueldos y sólo un 3,8% va a materiales y suministros que mejoran la calidad de la enseñanza y las investigaciones científicas.
Resulta entonces oportuno y pertinente pensar en una reformulación de dicho presupuesto para priorizar la I+D+i en las universidades del país, a fin de potenciar su aporte al cumplimiento de sus funciones y de los objetivos estratégicos del país en materia de ciencia, tecnología e innovación. Un mayor presupuesto en esta partida permitirá que los centros e institutos universitarios de investigación puedan desarrollar adecuadamente su trabajo sobre la base de estrategias propias de cada universidad, así como del sistema en su conjunto y de las emanadas de las demandas de la sociedad.
Esta propuesta además debe estar articulada a una estrategia nacional de ciencia, tecnología e innovación para que estas investigaciones sean pertinentes a la problemática y oportunidades que el país brinda en materia social, seguridad alimentaria, productividad, medio ambiente, tecnología, energía y otras áreas.
Con esa visión es que se ha lanzado, el mes pasado, la Plataforma Innova Bolivia (www.innovabolivia.bo), que tiene como objetivo la generación de valor en innovación dentro de la comunidad universitaria nacional y el relacionamiento directo con el sector empresarial a través de la búsqueda y premiación de ideas y proyectos innovadores, de base tecnológica y con impacto social, creando nuevas oportunidades que fomenten el potencial de investigación, fortaleciendo el sistema de innovación y dinamizando el tejido productivo del país. A esta cruzada se han sumado las universidades públicas y privadas más importantes del país y empresas líderes encabezadas por la Confederación de Empresarios Privados que desean fomentar la innovación y el emprendedurismo. Sólo falta la voluntad del Gobierno para crear las condiciones de un ecosistema como el de la Triple Hélice.
Jorge Velasco Tudela es docente de innovación y emprendedurismo de la UMSA.
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